Con 109.000 habitantes censados, de los que 31.000 residen en Carballo, el tejido empresarial de la Costa da Morte es mucho más representativo, relevante y trascendente de lo que parece desde fuera. Las macromagnitudes así lo corroboran. Medio millar de grupos industriales y empresas con sede social en las comarcas de Bergantiños, Soneira y Fisterra, así como del Concello de Cerceda facturan, al menos, un millón de euros al año y se sitúan entre las más representativas de la economía gallega.
Muchas de estas firmas se encuentran a la vanguardia en la investigación, el desarrollo y la innovación (como Calvo o la cercedense Gefico), han dado un paso al frente en su apuesta por la internacionalización (Garaysa Montajes Eléctricos) y la diversificación (Construcciones Vázquez y Reino) de la actividad. Y todas ellas destacan en nueve ámbitos: las conservas de pescados y mariscos, la comercialización al por mayor y al por menor de alimentos, la construcción e industrias afines, las energías renovables, el tratamiento de residuos, la gestión de actividades y eventos deportivos, el transporte, la comercialización de hidrocarburos y la compraventa de vehículos.
A la espera de los resultados financieros, contables y económicos derivados de la crisis sanitaria -las sociedades mercantiles tienen hasta el 30 de junio para presentar los balances del 2020- el núcleo fuerte del tejido industrial de la comarca factura de forma conjunta más de 1.200 millones de euros y genera 5.000 empleos directos. Y eso que en estos datos no se incluyen empresas, industrias o grupos industriales que no tienen su sede social en la Costa da Morte, pero sí desempeñan una gran parte de la actividad productiva en la comarca: Celsa Atlantic en Lendo, Inditex y su centro logístico en el polígono de A Laracha, Naturgy, que entre otras actividades, posee el 49% del capital social de Sogama, Xeal y sus plantas de trabajo en Cee y Dumbría, Unemsa en Coristanco o el Grupo Malasa en Cerceda.
Punta de lanza
Son, sin duda, la punta de lanza, pero detrás de estos verdaderos gigantes existen otros entramados empresariales que han dado un paso al frente y han logrado posicionarse en sus respectivos sectores. El paso más importante lo dio el grupo carballés Dimolk, que expandió su negocio con la adquisición de Tumosa (Peugeot) y Antamotor (Nissan). El holding presidido por el carballés Camilo Díaz Molk es un verdadero entramado, que incluye seis concesionarios repartidos por toda la provincia, factura 60 millones de euros al año y genera más de cien empleos directos.
O Acevedo y Bértoa, dos iconos industriales
El denominado Eixo Atlántico es un eje económico que desde entidades como la Cámara de Comercio o desde grupos de negocios como el Business Network International (BNI) Costa da Morte vinculan con el trazado imaginario que enlaza A Coruña con Vigo -y sus respectivas áreas de influencia- a través de Santiago y Pontevedra. Un carro al que se quieren subir también los concellos de A Laracha, Carballo y Cerceda. En el caso del municipio larachés, aprovechando su proximidad con el puerto exterior y el espaldarazo que ha experimentado en los tres últimos años su polígono industrial, con Inditex como principal eje de las operaciones.
Carballo ofrece tres grandes atractivos: buenas comunicaciones con A Coruña, junto a la autovía de la Costa da Morte y cerca del enlace de la A-6 con Madrid, su cercanía con la capital herculina y, sobre todo, el área industrial de Bértoa, un verdadero centro de trabajo para 240 empresas, que generan 1.941 empleos directos y 480 indirectos. Cada día entran y salen del polígono más de 3.000 vehículos.
Por su parte, Cerceda, con apenas 5.000 vecinos censados, tiene en O Acevedo un verdadero referente. Treinta empresas que generan 2.500 empleos directos. A quince minutos del aeropuerto de Alvedro y poco más de veinte de Lavacolla, los buenos enlaces con A Coruña, Madrid, Ordes, Carballo o Santiago lo hacen atractivo para el asentamiento de nuevas empresas.
FUENTE: La Voz de Galicia